En un estado monárqucio, la nobleza constiruye un factor escencial.
Los Nobles, son descendientes de familias, cuyo arraigo en la nación, esta determinado por generaciones que trabajaron y lucharon en defensa de los intereses de la nación.
Por lo tanto, poseen un derecho reconcido por el Rey.
Estos derechos, traen aparejado un conjunto de obligaciones a los cuales los Nobles, en su calidad de cuales, han tomado un juramento implicito, desde le momento que ostenta su título nobiliario.
Este juramento corresponde a
Establecer una obediencia a la autoridad del Rey
Mantener conducta Nobiliaria.
Servir a la Nación.
En diferente medida que el Rey, los nobles (marqueses, condes, duqes, etc, etc) deben acogerse a estas obligaciones.
Obediencia al Rey
El Rey, es el mayor exponente de la Nobleza de un Estado Monàrquico.
Los Nobles deben establecer un estado de subordinación hacia las necesidades del Rey Deben, no solamente establecer una situación de obediencia, sino que deben establecer y generar mecanismos participativos y regulares; como ser la actuación en Cámaras Nobiliarias.
Mantener una Conducta Noble
El título nobiliario se adquiere por herencia.
En esta herencia, no solo se adquiere un lazo de sangre, donde por el mismo motivo se entiende que se transmite una continuidad nobiliaria.
Esta continuidad, consiste en una cantidad de responsablidades, caracteres y conductas que se dan a entender, producto de la descendencia y de educación familiar en los valores otorgantes del título nobiliario, que incluyen el valor, valentía, honor, prudencia, honestidad, etc, etc.
El Noble, es un ideal a seguir, es una persona que representa la tradición y el buen hacer de un pueblo y se manifiesta como un protector de este pueblo.
Un pueblo o nación, que devuelve esta actitud otorgando un nombramiento, que indica que esta persona posee valores que sobresalen de lo común.
Servir a la Nación
El Noble, dada su honrosa condición, ha establecido por su elección a su pertenencia un juramento de disponibilidad, valor, conducta, integridad y demás elementos que lo caracterizan como alguien Noble, alguien digno de ser reconocido como Noble.
Goza de un gran privilegio de no tener que ser elegido ni relegigo, lo que le permite actuar libremente de los vaivenes políticos, pudiendo dedicar su esfuerzo a trabajos permanentes.
Principalmente, tiene la obligación de velar por los interese de su nación.
En lo social
Tiene la función de promover el crecimiento social, mediante ayudas benéficas o comunitarias y con su actividad permanente en comisiones de este tipo.
En lo militar
Debe estar preparado física e intelectualmente para intervenir en todo enfrentamiento armado.
Ya sea en todo enfrentamiento que ponga en peligro la Soberanía Nacional, en aquellos en los cuales se encuentren actuando las fuerzas militares de la Nación, o en todos aquellos donde Su Majestad el Rey lo considere conveniente.
Su presentación debe ser espontánea.
Conclusión
Hay que señalar que comportarse como un Noble, no una obligación para alguien que no ostente semejante titulo, es una opción.
Pero por el contrario, aquel que ostente tan digno título, SI ESTA OBLIGADO a comportarse de esta manera.
Por lo tanto, como ostentar el título de Noble es un título al que se puede renunciar, no implica limitación alguna de la individualidad de la persona, que en el caso de no querer o no poder cumplir con las obligaciones que implica esa investidura, SI TIENE LA OBLIGACION DE RENUNCIAR, ya que si no lo hace, estaría rompiendo un Noble juramento y poniendo en rídiculo a el y a todos sus antepasados y lo que es peor, poniendo en ridículo a la Nación que representa.
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